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Determinación.

"La perseverancia y la determinación son por sí mismas omnipotentes. Ni el talento: nada más frecuente que personas de gran talento que no tienen éxito. Ni el genio: los genios incomprendidos son casi el pan de cada día. Ni la educación: el mundo esta lleno de fracasados con educación." - Calvin Coolidge
Hay cualidades que no entendemos. No sabemos explicar en qué consisten y menos, somos capaces de enseñarlas. Incluso, un paso atrás, nos quedamos varados en el estéril debate sobre si la cualidad que nos interesa y que distingue a una persona, es un atributo natural o adquirido.

Estoy seguro que no entendemos lo que es la determinación porque, si así fuera, seríamos capaces de transmitir de generación en generación ese rasgo de personalidad y gozaríamos como sociedad de los beneficios que la misma supone.

La determinación es decisión, resolución. Sólo imaginen que se dicen esto: "He tomado la determinación de ganar." ¿Cómo reaccionaron tras leer la frase? ¿Están acostumbrados al ejercicio? ¿Se sintieron cómodos al escuchar en su cabeza esas palabras? El inconsciente puede jugarles una mala pasada y empezar a decirles que "ganar" no depende de ustedes, que muchos factores inciden y no los controlan, pero ese es justamente el principio de la derrota.

Vivir la determinación requiere osadía, valor, atrevimiento, desvergüenza. Una dosis de imprudencia. La osadía te lleva a jugar sin pensar en la derrota. Tienes que desear tomar riesgos y estar convencido que las consecuencias negativas no son más grandes que las positivas. Imagina las consecuencias del triunfo, del logro, de la victoria. Imagina también lo más grave que te puede pasar si no logras tu objetivo: pierdes una partida, dejas de ganar unos pesos, te llevas una herida temporal. Entonces, ¿Por qué no atreverse a darlo todo por alcanzar la cima? ¿Por qué conformarse con ver todo desde el pie de la montaña?

La audacia se define como valor, osadía y atrevimiento al hablar o actuar. Y este concepto es quizá el que culturalmente más nos cuesta incorporar. Las palabras que giran en torno a la audacia son el descaro,  la falta de respeto; todos, temas mal calificados en nuestra cultura.

Es hora de enseñar como parte de la formación básica a perderle el respeto al rival deportivo, a las dificultades cotidianas, a la ladera que vislumbramos al emprender el ascenso, a la competencia en el mercado en el que participamos. Es tiempo de decidirnos a borrar ese malentendido respeto que yo llamo cobardía, porque sólo conduce a la inmovilidad, a la derrota.

Recuerden el día que se inscribieron en un concurso, cuando decidieron irse a vivir solos, cuando empezaron su primer negocio, cuando lo dejaron todo para vivir otro país y cultura. Visualicen los momentos, revivan las sensaciones. Busquen darle forma a los pensamientos que pasaron por su mente en ese momento y escriban. Con las notas, repitan la fórmula. Practiquen la fórmula. Enseñen la fórmula.

Si al leer viene a su mente una lista de aspiraciones insatisfechas o proyectos que son sólo borradores vivos por años en el cajón de sus sueños, den el primer paso. Decídanse a dar el primer paso. Crean que todo cuanto se propongan es posible. Miren a su alrededor y confirmen cuan corto es el tiempo del que disponemos en la vida y cuan poco dura la juventud, la fuerza, la vitalidad y la salud. Salgan hoy por los triunfos que anhelan. Este es su momento.

Tomemos la determinación de ser un país de ganadores. Es tiempo.

Comentarios

  1. Excelente, Gilberto! A veces tomamos la determinacion y salimos adelante porque la otra opcion es rendirse, y esa no es una opcion!

    Un saludo y felicidades!

    Isabel Gomez Porchini

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  2. Determinación, cualidad que tantas veces nos hace falta. Excelente texto. Felicidades.

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