El primer escrito en mi blog respecto al tema matrimonial y motivo confeso atrás de esta aventura en la red, fue y sigue siendo la cada vez mayor cantidad de matrimonios entre personas cercanas a mi que deciden separarse o divorciarse. Eso combinado con mi deseo de leer, aprender y compartir, me llevó a escribir las cosas que fui encontrando por el camino combinadas con mis ideas y como diría cierta psicóloga que conozco, con la proyección de mi inconsciente.
El camino inicial, sin proponérmelo específicamente, fue pintando una ruta que habla sobre la preparación para el matrimonio, sobre los problemas, la comunicación, el sexo y los conflictos. Hoy quiero compartir algo que también forma parte de mis creencias y no por haberlo dejado "al final de la lista" es menos importante: Yo creo que se vale terminar.
Sin importar que mi opinión sea, como ya lo expresé, que en nuestra generación hay un menor compromiso con la lucha por seguir construyendo la relación en la que nos comprometimos al casarnos y que para mi eso es muestra de la falta de determinación de las personas, debo dejar en claro que eso no se contrapone con la existencia de situaciones que hacen inviable una relación y dejan como camino únicamente la disolución.
Mila Cahue escribió tres puntos para evaluar a conciencia la decisión de terminar, que me parecen al revisarlos juntos, una herramienta práctica y valiosa. Por ello hoy se las comparto y agrego mis ideas sobre cada uno.
1. Respeto: no causar daño físico, emocional o psicológico a la pareja.
Este primer elemento es fundamental y más allá del matrimonio o cualquier tipo de relación, tiene que ver con la dignidad humana. No importa el amor que nos haya unido en principio, ni lo mucho que alguien nos guste o lo bien que en el pasado nos haya hecho sentir. La dignidad de la persona es un concepto que debe tenerse en el primer lugar de cualquier lista que pretende revisar el estado de convivencia de una pareja, un grupo e incluso la sociedad. Si alguien ha sufrido daño físico, si ha recibido abusos verbales o con actitudes aparentemente "sin intención de dañar", si ha pasado por períodos (así sean breves) en los que le han secuestrado su libertad de expresarse, convivir, desarrollarse o decidir, DEBE TERMINAR INMEDIATAMENTE LA RELACIÓN TÓXICA EN LA QUE SE ENCUENTRA. No valen argumentos justificantes como los hijos, los bienes materiales o el qué dirán. Un ser humano que ha sido vejado y cuya dignidad ha sido vulnerada, debe pedir el apoyo que necesite y tomar las decisiones requeridas, para salir de esa condición de falta de respeto elemental.
2. Aceptación: compromiso personal de admitir a la otra persona como es, sin reproches ni exigencias.
Este segundo concepto está muy relacionado con algo que escribí en mis publicaciones iniciales y es la madurez e inteligencia con la que se debe asimilar el compromiso contraído al comprometerse en matrimonio. La promesa principal del "te acepto a ti" implica que seré capaz de amar, ACEPTAR y perdonar, a la persona que escogí para construir un vínculo conyugal. La aceptación tiene, desde mi punto de vista, una pre-condición: que durante el período previo al matrimonio hicimos lo necesario para conocer a nuestra pareja; que exploramos a fondo mediante la convivencia que el noviazgo facilita, en lo bueno y lo malo de la persona; que además del descubrimiento de la pareja, reflexionamos sobre lo que nos gustaba y lo que deséabamos para el futuro. Si la pre-condición descrita no se dio y por ello, después de algunos meses o años de vida matrimonial aceptamos conscientemente que nos es imposible aceptar a nuestra pareja como es, lo más honesto es terminar. No podemos dañar para siempre a una persona y negarle la posibilidad de que rehaga su vida, por el egoísmo de mantener una fachada que no se sustenta en una real, honesta y desinteresada aceptación. NOTA: Tomar conciencia de que no acepto a mi pareja, debe ser un llamado al auto análisis y al pedido de ayuda profesional. Es probable que la persona tenga dificultades para aceptar a los demás y éstas deben subsanarse antes de intentar reconstruir la relación o iniciar una nueva.
3. Generosidad recíproca: consolidar la relación mediante aportaciones equilibradas, constantes y desinteresadas, a la vida en pareja.
Este tercer concepto es clave en la vida de un matrimonio; lo obviamos la mayoría de las veces porque la generosidad se vive a pequeñas gotas diariamente en actos que por ser parte de lo cotidiano parecen intrascendentes, pero que a la vuelta de unos años, llenan un recipiente que como todos, tiene un límite y termina por desbordarse. La entrega que se hace DE UN SÓLO LADO es tan mala como la falta de entrega. La reciprocidad es un concepto insustituible en la definición. Cuando uno de los cónyuges deja de aportar y el otro mantiene el esfuerzo, el daño crece en forma exponencial. Si vivimos en una relación en la que no somos correspondidos en la generosidad o por la que ya no somos capaces de ser generosos, no tengo duda en decir que debemos darla por terminada.
Si al hacer el repaso de los 3 componentes de la herramienta encontramos evidencia suficiente en la vida de nuestra relación, como lo dije desde el inicio, se vale terminar. Nunca ha sido mi intención defender una posición anacrónica de que el matrimonio se debe mantener por encima de los daños a la dignidad humana y menos por motivos banales como los causados por la estigamtización de la sociedad. Lo que sostengo es que una relación es un reto de vida que hay que afrontar con voluntad. Y también como siempre, creo que debemos pensar en las consecuencias futuras de nuestras decisiones; no para frenar algo que deba ser disuelto, sino para afrontar con inteligencia y solvencia los retos que vendrán con el nuevo estado de vida.
En las siguientes cuatro semanas escribiré sobre lo que viene después de la decisión de terminar. Primero sobre el Divorcio, su proceso y resolución. Segundo, sobre las consecuencias para la familia, en especial para los hijos. Tercero, estrategias para Padres divorciados en el manejo de la educación de sus hijos. Finalmente, un cuarto tema sobre cómo reiniciar una relación cuando se tiene una ex-pareja e hijos como parte del bagaje de vida.
Como siempre, espero que sigan conmigo...
El camino inicial, sin proponérmelo específicamente, fue pintando una ruta que habla sobre la preparación para el matrimonio, sobre los problemas, la comunicación, el sexo y los conflictos. Hoy quiero compartir algo que también forma parte de mis creencias y no por haberlo dejado "al final de la lista" es menos importante: Yo creo que se vale terminar.
Sin importar que mi opinión sea, como ya lo expresé, que en nuestra generación hay un menor compromiso con la lucha por seguir construyendo la relación en la que nos comprometimos al casarnos y que para mi eso es muestra de la falta de determinación de las personas, debo dejar en claro que eso no se contrapone con la existencia de situaciones que hacen inviable una relación y dejan como camino únicamente la disolución.
Mila Cahue escribió tres puntos para evaluar a conciencia la decisión de terminar, que me parecen al revisarlos juntos, una herramienta práctica y valiosa. Por ello hoy se las comparto y agrego mis ideas sobre cada uno.
1. Respeto: no causar daño físico, emocional o psicológico a la pareja.
Este primer elemento es fundamental y más allá del matrimonio o cualquier tipo de relación, tiene que ver con la dignidad humana. No importa el amor que nos haya unido en principio, ni lo mucho que alguien nos guste o lo bien que en el pasado nos haya hecho sentir. La dignidad de la persona es un concepto que debe tenerse en el primer lugar de cualquier lista que pretende revisar el estado de convivencia de una pareja, un grupo e incluso la sociedad. Si alguien ha sufrido daño físico, si ha recibido abusos verbales o con actitudes aparentemente "sin intención de dañar", si ha pasado por períodos (así sean breves) en los que le han secuestrado su libertad de expresarse, convivir, desarrollarse o decidir, DEBE TERMINAR INMEDIATAMENTE LA RELACIÓN TÓXICA EN LA QUE SE ENCUENTRA. No valen argumentos justificantes como los hijos, los bienes materiales o el qué dirán. Un ser humano que ha sido vejado y cuya dignidad ha sido vulnerada, debe pedir el apoyo que necesite y tomar las decisiones requeridas, para salir de esa condición de falta de respeto elemental.
2. Aceptación: compromiso personal de admitir a la otra persona como es, sin reproches ni exigencias.
Este segundo concepto está muy relacionado con algo que escribí en mis publicaciones iniciales y es la madurez e inteligencia con la que se debe asimilar el compromiso contraído al comprometerse en matrimonio. La promesa principal del "te acepto a ti" implica que seré capaz de amar, ACEPTAR y perdonar, a la persona que escogí para construir un vínculo conyugal. La aceptación tiene, desde mi punto de vista, una pre-condición: que durante el período previo al matrimonio hicimos lo necesario para conocer a nuestra pareja; que exploramos a fondo mediante la convivencia que el noviazgo facilita, en lo bueno y lo malo de la persona; que además del descubrimiento de la pareja, reflexionamos sobre lo que nos gustaba y lo que deséabamos para el futuro. Si la pre-condición descrita no se dio y por ello, después de algunos meses o años de vida matrimonial aceptamos conscientemente que nos es imposible aceptar a nuestra pareja como es, lo más honesto es terminar. No podemos dañar para siempre a una persona y negarle la posibilidad de que rehaga su vida, por el egoísmo de mantener una fachada que no se sustenta en una real, honesta y desinteresada aceptación. NOTA: Tomar conciencia de que no acepto a mi pareja, debe ser un llamado al auto análisis y al pedido de ayuda profesional. Es probable que la persona tenga dificultades para aceptar a los demás y éstas deben subsanarse antes de intentar reconstruir la relación o iniciar una nueva.
3. Generosidad recíproca: consolidar la relación mediante aportaciones equilibradas, constantes y desinteresadas, a la vida en pareja.
Este tercer concepto es clave en la vida de un matrimonio; lo obviamos la mayoría de las veces porque la generosidad se vive a pequeñas gotas diariamente en actos que por ser parte de lo cotidiano parecen intrascendentes, pero que a la vuelta de unos años, llenan un recipiente que como todos, tiene un límite y termina por desbordarse. La entrega que se hace DE UN SÓLO LADO es tan mala como la falta de entrega. La reciprocidad es un concepto insustituible en la definición. Cuando uno de los cónyuges deja de aportar y el otro mantiene el esfuerzo, el daño crece en forma exponencial. Si vivimos en una relación en la que no somos correspondidos en la generosidad o por la que ya no somos capaces de ser generosos, no tengo duda en decir que debemos darla por terminada.
Si al hacer el repaso de los 3 componentes de la herramienta encontramos evidencia suficiente en la vida de nuestra relación, como lo dije desde el inicio, se vale terminar. Nunca ha sido mi intención defender una posición anacrónica de que el matrimonio se debe mantener por encima de los daños a la dignidad humana y menos por motivos banales como los causados por la estigamtización de la sociedad. Lo que sostengo es que una relación es un reto de vida que hay que afrontar con voluntad. Y también como siempre, creo que debemos pensar en las consecuencias futuras de nuestras decisiones; no para frenar algo que deba ser disuelto, sino para afrontar con inteligencia y solvencia los retos que vendrán con el nuevo estado de vida.
En las siguientes cuatro semanas escribiré sobre lo que viene después de la decisión de terminar. Primero sobre el Divorcio, su proceso y resolución. Segundo, sobre las consecuencias para la familia, en especial para los hijos. Tercero, estrategias para Padres divorciados en el manejo de la educación de sus hijos. Finalmente, un cuarto tema sobre cómo reiniciar una relación cuando se tiene una ex-pareja e hijos como parte del bagaje de vida.
Como siempre, espero que sigan conmigo...
tema difícil, pero muy bien abordado... felicidades.... estaré leyendo... saludos...
ResponderEliminarexelente ,me iso ver y razonar desde otro punto de vista gracias x este espacio ,estare en cntcto ...........
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