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¡Sí se puede!


Sí se puede mantener la pasión en una relación de manera sostenida en el tiempo. Es una decisión. Es un deseo personal. Es una elección de vida. De eso tratan mis líneas hoy: sobre mi afirmación de un concepto controvertido, pero sin duda importante para la vida de una relación, en especial la conyugal.

Cuando escribí una serie de artículos sobre el concepto de el amor como acto voluntario y sobre el amor maduro que permite a la relación sostenerse en el tiempo, hubo quien me dijo que no se podía vivir sin la pasión y que cuando ésta acababa, la relación estaba condenada a morir. También hubo quien me dijo que era imposible mantener la pasión viva de manera sostenida y que por ello se daba la infidelidad, por la necesidad de volver a experimentar esos sentimientos que sólo se viven cuando existe la novedad o la etapa de descubrimiento. La Pasión entendida como la inclinación o preferencia muy viva de alguien a otra persona o el apetito o afición vehemente a algo, es sin duda un acto de la voluntad. ¿Podemos mantener una inclinación o una preferencia? ¡Por supuesto! ¿Se acaba la preferencia a voluntad? ¡Por supuesto! ¡Son nuestras decisiones!

Yo expliqué mi punto de vista: el enamoramiento es una etapa que efectivamente termina, pero ese concepto no está peleado con el hecho de que, a voluntad y usando la creatividad y la inteligencia, se puede crear experiencias que mantienen la pasión viva y con ello, obtener la felicidad que brindan las emociones. Ya cité en el pasado a Gary Chapman quien escribió en Los cinco lenguajes del amor de 1992: “La experiencia de enamorarse llena temporalmente nuestra necesidad de amor pero es, inevitablemente, una solución momentánea. Cuando descendemos de la cima de la obsesión del enamoramiento, la necesidad de amor resurge porque es parte de nuestra naturaleza; está en el centro de nuestros deseos emocionales. Necesitamos amor antes de enamorarnos y lo necesitaremos mientras vivamos. El matrimonio está diseñado para llenar esa necesidad de intimidad y amor.”

¿Podemos generar situaciones que nos permitan experimentar intimidad? ¿Podemos dar y recibir amor no en el contexto de la familia extendida o como Padre-Esposo, sino como Pareja exclusivamente? Yo propongo una lista breve, simple, pero no por ello menos efectiva, de cómo mantener vivo el deseo de seguir experimentando la pasión con tu cónyuge. Con ella los invito a que hagan la suya y vean los resultados.

1. Dedicar tiempo exclusivo a la vida en pareja
Es indispensable hacer un esfuerzo y separar un tiempo de nuestras responsabilidades laborales y también de las de padre de familia, para vivir experiencias en pareja. Si nos pasamos los días sin apartar un tiempo de manera formal, éste no llegará solo. Para los que somos padres, tampoco la responsabilidad es un pretexto. Hay manera de conseguir un tiempo exclusivo para mi pareja. Siempre habrá familia que nos puede apoyar cuidando a los niños; si no hubiera familia alrededor, puede haber grupos de amigos que se alternen para cuidar a los hijos y ganar un poco de tiempo a solas; algo así como “la tanda de la pasión”: un mes me saco el premio y después pago cuidando a todos los niños.

2. Manifestar el deseo por nuestra pareja
Además de darnos el tiempo y hacer los arreglos necesarios para lograr estar a solas, es necesario manifestar el deseo de manera explícita. Las llamadas, los mensajes, los recados, los correos y sobre todo, las palabras cara a cara, deben servirnos para expresar lo que nos gusta y lo que sabemos que puede despertar la pasión. El deseo nace en el cerebro y saber que somos deseados es quizá el método más efectivo para ser excitados.

3. Buscar lugares especiales
Si hemos hecho el esfuerzo por tener un tiempo a solas y además hemos dicho las palabras que hacen saber a nuestra pareja lo mucho que la deseamos, será parte fundamental del paquete el encontrar lugar adecuado para que el clima de intimidad sea el mejor posible. Puede ser una zona de la casa, o un lugar fuera de ella; puede ser incluso un lugar fuera de la ciudad especialmente elegido para compartir ese tiempo. Lo relevante de esta idea es que la atmósfera debe ser la adecuada para facilitar que afloren las sensaciones.

4. Imaginar e innovar
Sin imaginación y sin la capacidad de crear situaciones novedosas, difícilmente funcionarán las 3 recomendaciones previas. No podemos esperar resultados diferentes si hacemos siempre lo mismo. Es una máxima aplicable también a temas de pareja. Si al final voy a terminar en el mismo lugar, de la misma manera, con las mismas palabras e incluso la misma ropa, no estaré colaborando en modo alguno para alimentar la pasión, por el contrario, estaré haciendo justo lo necesario para matarla poco a poco.

Una recomendación extra: poner atención a nuestro aspecto personal. No estoy pensando en cosas extremas, sólo hablo de higiene, de la ropa adecuada, de arreglarse de manera especial porque la convivencia en pareja debe ser un evento especial. Cuando ponemos dedicación y tiempo en nuestro arreglo estamos diciendo con ello que lo que viene es importante; si dedicamos esfuerzo y recursos para hacer algo, es porque vale la pena. Eso es lo que transmitimos. Un momento de intimidad conyugal sin duda merece mayor preparación que cualquier compromiso social o familiar.

Escapémonos al cine, tengamos una cena romántica en un restaurante, salgamos de la rutina. Si es posible, hagamos un viaje sólo para dos. Corramos a un hotel de playa o de campo que permita dedicarse el fin de semana sólo a complacerse el uno al otro. Y todo al final es cuestión de voluntad. Es un tema de querer hacer las cosas. Es una decisión personal por mantener viva la pasión y experimentar sensaciones placenteras con quien amamos. Es algo que se puede mantener vivo… mientras tengamos el genuino deseo de que así sea.

Comentarios

  1. Muy buenas propuestas y buenos ejemplos... interesantes las ideas... ahora viene lo bueno el aplicarlas.... gracias....
    Erika

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