El matrimonio tiene que ser la relación más importante de la familia, y el hecho de que uno de los integrantes de la pareja sea el padrastro (o la madrastra) de los chicos, no modifica esta premisa – J.K. Rosemold/L. Salk
Esta es mi cuarta y última entrega sobre el tema del divorcio y sus consecuencias para la pareja y los hijos. Después de la ruptura formal y de haber superado el duelo, vendrá una nueva etapa en la que los divorciados buscarán rehacer su vida en pareja. Surgen entonces cuestionamientos comunes a todos los que viven esa situación: ¿Cuándo empezar una nueva relación? ¿Cómo presentarlo ante los hijos? ¿Qué impacto tendrá la nueva relación en mi familia?
¿Cuándo empezar una nueva relación? Dice Martha Alicia Chávez en su libro Consejos para Padres Divorciados (2009) que no hay un tiempo ideal para empezar una relación después del divorcio, pero lo importante es considerar que los padres deben esperar a que termine el período de duelo por el que los hijos pasarán para traer una nueva persona a sus vidas. No es sencillo asimilar el cambio que implica el divorcio y menos será aceptar a una nueva persona en sus vidas cuando no entienden porqué Papá y Mamá ya no viven juntos. No olvidemos que, especialmente para los niños pequeños, es difícil entender que alguien pueda tener una relación con más de una persona y más cuando se trata de sus padres. No se puede controlar cuándo llegará una nueva persona a tu vida, la recomendación es no introducirla en la vida de tus hijos antes de un período de tiempo razonable en el que hayan podido superar el duelo.
¿Cómo presentarlo ante los hijos? Aquí la respuesta pasa por un lugar común, pero no por ello de menor importancia: la nueva pareja no sustituye al padre/madre y eso debe ser claro desde la presentación hasta la diaria convivencia. Una vez aclarado es con los hijos y reforzado cotidianamente es recomendable, primero, asegurarse que es un noviazgo estable y no confundir a los hijos presentándoles a varias personas; segundo, introducirlo como un amigo e iniciar la convivencia; tercero, evitar mostrarse en situaciones de contacto físico muy cercano al iniciar la relación. Los hijos pueden, y muy probablemente van a, sentir un rechazo por el “intruso” en sus vidas. No es contra la nueva persona que se siente coraje o animadversión, sino contra la situación. Es importante ayudar a los hijos a entender esta distinción. Es normal sentir ese rechazo y por lo mismo, es importante actuar con firmeza para que las hostilidades no aumenten o se mantengan de forma indefinida. Es importante también por ello pensar y planear la presentación de una nueva persona en sus vidas.
¿Cuál será el impacto de la nueva relación? Esta es la pregunta más difícil de contestar. Estará en función de la dinámica familiar, de lo dañino que haya sido el proceso de divorcio y de la madurez y apertura de la nueva pareja. Lo que será clave para facilitar la transición es respetar el concepto de que el tiempo de tus hijos es exclusivo. Si bien la nueva relación requiere dedicación, no se debe sustraer tiempo de “una cuenta” para depositar en la otra.
Para cerrar quiero compartirles unos conceptos que condensan lo que pienso sobre el tema al que he dedicado mis recientes publicaciones. Igual que Blanca Armijo, del centro CBP Psicólogos (España), pienso que ahora nos separamos antes de haber dado tiempo a que se produzca el amor maduro, un sentimiento que debe seguir a la pasión de la primera etapa de la relación: "Cuando se acaba la fase inicial del enamoramiento se producen muchas rupturas”. Se tiene menos tolerancia, es más sencillo separarse (económica y legalmente), se confunde la etapa del enamoramiento con el amor maduro y cada vez son más las personas con el síndrome de Peter Pan; individuos que se niegan a crecer y por ello, se resisten al compromiso hasta bien entrada la madurez o incluso permanentemente. Ese “niño-viejo” ve a la pareja como un compañero de juegos o, incluso, como un juguete. Cuando se “acaba la pila” o se le “rompe una pieza”, ya no sirve y hay que comprar uno nuevo.
El psicólogo Raúl Padilla, del Centro Psicantropía (España), asegura que las parejas son cada vez más prácticas y que esto va en detrimento de las relaciones. "Estamos inmersos en una cultura que nos empuja a poseer más, a disfrutar y buscar la felicidad casi compulsivamente. Se tiende a analizar las cosas en términos de consumo: si mi coche se ha quedado viejo, lo tiro y me compro otro. Lo mismo pasa con las relaciones de pareja".
El tema del divorcio es complejo y deja huellas imposibles de borrar. Lo dije al iniciar el bloque: hay relaciones que se vale terminar, pero eso no hace que el divorcio se vuelva terso y sin consecuencias para todos los miembros de la familia. Todas las decisiones de vida deberían ser pensadas detenidamente, analizadas, consultadas con profesionales y valoradas antes de llevarse a la práctica. El divorcio es sin duda una decisión que exige algo a lo que los invito siempre: PENSAR.
Esta es mi cuarta y última entrega sobre el tema del divorcio y sus consecuencias para la pareja y los hijos. Después de la ruptura formal y de haber superado el duelo, vendrá una nueva etapa en la que los divorciados buscarán rehacer su vida en pareja. Surgen entonces cuestionamientos comunes a todos los que viven esa situación: ¿Cuándo empezar una nueva relación? ¿Cómo presentarlo ante los hijos? ¿Qué impacto tendrá la nueva relación en mi familia?
¿Cuándo empezar una nueva relación? Dice Martha Alicia Chávez en su libro Consejos para Padres Divorciados (2009) que no hay un tiempo ideal para empezar una relación después del divorcio, pero lo importante es considerar que los padres deben esperar a que termine el período de duelo por el que los hijos pasarán para traer una nueva persona a sus vidas. No es sencillo asimilar el cambio que implica el divorcio y menos será aceptar a una nueva persona en sus vidas cuando no entienden porqué Papá y Mamá ya no viven juntos. No olvidemos que, especialmente para los niños pequeños, es difícil entender que alguien pueda tener una relación con más de una persona y más cuando se trata de sus padres. No se puede controlar cuándo llegará una nueva persona a tu vida, la recomendación es no introducirla en la vida de tus hijos antes de un período de tiempo razonable en el que hayan podido superar el duelo.
¿Cómo presentarlo ante los hijos? Aquí la respuesta pasa por un lugar común, pero no por ello de menor importancia: la nueva pareja no sustituye al padre/madre y eso debe ser claro desde la presentación hasta la diaria convivencia. Una vez aclarado es con los hijos y reforzado cotidianamente es recomendable, primero, asegurarse que es un noviazgo estable y no confundir a los hijos presentándoles a varias personas; segundo, introducirlo como un amigo e iniciar la convivencia; tercero, evitar mostrarse en situaciones de contacto físico muy cercano al iniciar la relación. Los hijos pueden, y muy probablemente van a, sentir un rechazo por el “intruso” en sus vidas. No es contra la nueva persona que se siente coraje o animadversión, sino contra la situación. Es importante ayudar a los hijos a entender esta distinción. Es normal sentir ese rechazo y por lo mismo, es importante actuar con firmeza para que las hostilidades no aumenten o se mantengan de forma indefinida. Es importante también por ello pensar y planear la presentación de una nueva persona en sus vidas.
¿Cuál será el impacto de la nueva relación? Esta es la pregunta más difícil de contestar. Estará en función de la dinámica familiar, de lo dañino que haya sido el proceso de divorcio y de la madurez y apertura de la nueva pareja. Lo que será clave para facilitar la transición es respetar el concepto de que el tiempo de tus hijos es exclusivo. Si bien la nueva relación requiere dedicación, no se debe sustraer tiempo de “una cuenta” para depositar en la otra.
Para cerrar quiero compartirles unos conceptos que condensan lo que pienso sobre el tema al que he dedicado mis recientes publicaciones. Igual que Blanca Armijo, del centro CBP Psicólogos (España), pienso que ahora nos separamos antes de haber dado tiempo a que se produzca el amor maduro, un sentimiento que debe seguir a la pasión de la primera etapa de la relación: "Cuando se acaba la fase inicial del enamoramiento se producen muchas rupturas”. Se tiene menos tolerancia, es más sencillo separarse (económica y legalmente), se confunde la etapa del enamoramiento con el amor maduro y cada vez son más las personas con el síndrome de Peter Pan; individuos que se niegan a crecer y por ello, se resisten al compromiso hasta bien entrada la madurez o incluso permanentemente. Ese “niño-viejo” ve a la pareja como un compañero de juegos o, incluso, como un juguete. Cuando se “acaba la pila” o se le “rompe una pieza”, ya no sirve y hay que comprar uno nuevo.
El psicólogo Raúl Padilla, del Centro Psicantropía (España), asegura que las parejas son cada vez más prácticas y que esto va en detrimento de las relaciones. "Estamos inmersos en una cultura que nos empuja a poseer más, a disfrutar y buscar la felicidad casi compulsivamente. Se tiende a analizar las cosas en términos de consumo: si mi coche se ha quedado viejo, lo tiro y me compro otro. Lo mismo pasa con las relaciones de pareja".
El tema del divorcio es complejo y deja huellas imposibles de borrar. Lo dije al iniciar el bloque: hay relaciones que se vale terminar, pero eso no hace que el divorcio se vuelva terso y sin consecuencias para todos los miembros de la familia. Todas las decisiones de vida deberían ser pensadas detenidamente, analizadas, consultadas con profesionales y valoradas antes de llevarse a la práctica. El divorcio es sin duda una decisión que exige algo a lo que los invito siempre: PENSAR.
Escribir siempre es una forma de desahogar los pensamientos que nos inquietan, y este delicado tema, no ha dejado de ser un TABÚ en algunas sociedades.
ResponderEliminarComo personas equilibradas y maduras debemos conocer a profundidad una circunstancia de la vida como es el divorcio(en especial si nos ha tocado vivirlo), para entenderlo y superarlo. Yo viví el divorcio de mis padres hace muchísimos años siendo una niña; era una época en que no se analizaba...solo se juzgaba y se emitían juicios de valor totalmente absurdos y dañinos para los hijos....
Sí fue muy duro y destructivo... Gracias a Dios las cosas evolucionan y el estudio de la conducta humana y sus relaciones íntimas, ha permitido que vivamos con mayor libertad y con menos culpas.
Yo he logrado un matrimonio feliz por más de 30 años y se bien que hay que trabajar a diario para mantener una relación duradera.
Felicidades porque te has documentado muy bien y al compartir esta información, ayudas también a otras personas.... Saludos!
me llamo briss y me gusto mucho toda esta informacion estare en contacto
ResponderEliminarGracias por leer y comentar! Estoy de regreso y espero seguir contando con su lectura en esta ventana creada para compartir ideas.
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