Se cumplieron 15 años ya de la primer aventura que "un conocido mío" tuvo con la política partidista. En 1995, a los 22 años, fue electo Presidente Estatal en Nuevo León de la Asociación Civil DEMOCRACIA PARA EL CAMBIO. Esta era la agrupación de los que, habiendo pertenecido a la Corriente Crítica del PRI, decidieron permanecer en el Partido tras la escisión encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas. Era una corriente presidida en el ámbito nacional por el varias veces Diputado Federal Luis Priego Ortiz (de Tabasco) que buscaba el cambio del sistema "desde adentro".
El PRI de Nuevo León vivía una etapa de transición con su Presidente Hernando Castillo Guerra y el Delegado del CEN Enrique Martínez y Martínez. Ambos recibieron la encomienda de organizar un experimento: llevar a cabo un proceso para elegir al nuevo presidente del partido en el estado. Era un experimento, porque se trataba de acreditar delegados, tener un padrón, urnas transparentes, voto libre y secreto. Algo sin duda novedoso.
Para ese "conocido mío" era un sueño hecho realidad. La posibilidad de participar en un grupo que buscaba un cambio de sistema; idealistas que querían democratizar al partido. Ilusos que pensaban que, si todo salía bien, podría haber elecciones abiertas para designar a los candidatos del PRI a cualquier puesto de elección popular.
Hubo tres candidatos muy fuertes: Cristina Díaz, Jaime Rodríguez y Oscar Herrera. Este último ganó la elección y se convirtió así en líder estatal del PRI en Nuevo León. El proceso fue ejemplar. Acreditación de delegados a la asamblea, presentación de propuestas de los candidatos y voto secreto depositado en urnas transparentes por parte de todo aquel con derecho según la convocatoria. Un triunfo de las corrientes que pedían un cambio en el sistema político nacional.
El Gobernador de Nuevo León en ese momento era Sócrates Rizzo. Poco después de la elección en el PRI, se desató un fuerte escándalo de corrupción que alcanzó su momento más álgido con el asesinato del abogado Leopoldo del Real (relacionado en notas periodísticas con el Gobernador) y que finalmente, le costó la renuncia, igual que a cuatro Gobernadores más, elegidos constitucionalmente, durante el mandato de Ernesto Zedillo.
Tras su renuncia fue designado Benjamín Clariond para concluir su período. Al poco tiempo de tomar posesión, "el partido" decidió sustituir sin proceso democrático de por medio a Oscar Herrera por Juan Manuel Parás en la presidencia estatal. El triunfo del experimento duró un año. Con una instrucción se borró el esfuerzo de todos los que hicieron posible la elección de Herrera, pero más importante que eso, bañaron con agua fría a mi jóven conocido quien entendió que la política es mucho más compleja de lo que imaginaba en ese momento, que le faltaba mucho por vivir para entenderla y que mientras los individuos que se vieron afectados con la decisión no se levantaran y lucharan, los líderes seguirían haciendo lo que quisieran con nuestra "democracia".
Fue tal el aprendizaje, que ese "conocido mío" decidió cambiar sus sueños de administrador público, por una fructífera carrera en el sector privado.
El título de este escrito promete que contaré también la más reciente experiencia de ese "conocido mío", hoy ya no tan jóven. Hace algunos meses, tuvo la oportunidad de reunirse y platicar con un empresario que ha hecho carrera política y que tenía posibilidades de contender y ganar la presidencia municipal de su ciudad de origen. El "conocido mío" le dijo que estaba dispuesto a apoyar al empresario e incluso trabajar en la campaña y posteriormente, en su administración. El empresario le contestó que no se postularía. No había las condiciones de seguridad para él y su familia y no estaba dispuesto a correr el riesgo. En ese momento el "conocido mío" pensó que quizá el empresario estaba exagerando. Al día de hoy, en el estado donde el empresario no se quiso postular, ya asesinaron a un candidato a Presidente Municipal y a un candidato a Gobernador. Tristemente, el empresario tenía razón.
Al "conocido mío" le sigue faltando mucho por aprender y sobre todo, mucho por hacer, para cambiar el sistema político en el que le tocó vivir. Sólo espero que lo siga intentando. Que no se rinda.
El PRI de Nuevo León vivía una etapa de transición con su Presidente Hernando Castillo Guerra y el Delegado del CEN Enrique Martínez y Martínez. Ambos recibieron la encomienda de organizar un experimento: llevar a cabo un proceso para elegir al nuevo presidente del partido en el estado. Era un experimento, porque se trataba de acreditar delegados, tener un padrón, urnas transparentes, voto libre y secreto. Algo sin duda novedoso.
Para ese "conocido mío" era un sueño hecho realidad. La posibilidad de participar en un grupo que buscaba un cambio de sistema; idealistas que querían democratizar al partido. Ilusos que pensaban que, si todo salía bien, podría haber elecciones abiertas para designar a los candidatos del PRI a cualquier puesto de elección popular.
Hubo tres candidatos muy fuertes: Cristina Díaz, Jaime Rodríguez y Oscar Herrera. Este último ganó la elección y se convirtió así en líder estatal del PRI en Nuevo León. El proceso fue ejemplar. Acreditación de delegados a la asamblea, presentación de propuestas de los candidatos y voto secreto depositado en urnas transparentes por parte de todo aquel con derecho según la convocatoria. Un triunfo de las corrientes que pedían un cambio en el sistema político nacional.
El Gobernador de Nuevo León en ese momento era Sócrates Rizzo. Poco después de la elección en el PRI, se desató un fuerte escándalo de corrupción que alcanzó su momento más álgido con el asesinato del abogado Leopoldo del Real (relacionado en notas periodísticas con el Gobernador) y que finalmente, le costó la renuncia, igual que a cuatro Gobernadores más, elegidos constitucionalmente, durante el mandato de Ernesto Zedillo.
Tras su renuncia fue designado Benjamín Clariond para concluir su período. Al poco tiempo de tomar posesión, "el partido" decidió sustituir sin proceso democrático de por medio a Oscar Herrera por Juan Manuel Parás en la presidencia estatal. El triunfo del experimento duró un año. Con una instrucción se borró el esfuerzo de todos los que hicieron posible la elección de Herrera, pero más importante que eso, bañaron con agua fría a mi jóven conocido quien entendió que la política es mucho más compleja de lo que imaginaba en ese momento, que le faltaba mucho por vivir para entenderla y que mientras los individuos que se vieron afectados con la decisión no se levantaran y lucharan, los líderes seguirían haciendo lo que quisieran con nuestra "democracia".
Fue tal el aprendizaje, que ese "conocido mío" decidió cambiar sus sueños de administrador público, por una fructífera carrera en el sector privado.
El título de este escrito promete que contaré también la más reciente experiencia de ese "conocido mío", hoy ya no tan jóven. Hace algunos meses, tuvo la oportunidad de reunirse y platicar con un empresario que ha hecho carrera política y que tenía posibilidades de contender y ganar la presidencia municipal de su ciudad de origen. El "conocido mío" le dijo que estaba dispuesto a apoyar al empresario e incluso trabajar en la campaña y posteriormente, en su administración. El empresario le contestó que no se postularía. No había las condiciones de seguridad para él y su familia y no estaba dispuesto a correr el riesgo. En ese momento el "conocido mío" pensó que quizá el empresario estaba exagerando. Al día de hoy, en el estado donde el empresario no se quiso postular, ya asesinaron a un candidato a Presidente Municipal y a un candidato a Gobernador. Tristemente, el empresario tenía razón.
Al "conocido mío" le sigue faltando mucho por aprender y sobre todo, mucho por hacer, para cambiar el sistema político en el que le tocó vivir. Sólo espero que lo siga intentando. Que no se rinda.
Esta interesante tu articulo Gilberto. Siguenos contando el resto. Saludos. Ubaldo.
ResponderEliminarMuy actual la experiencia de "tu conocido", lo más triste de todo es que muchos ya se están rindiendo, no puedes colaborar a mejorar el mundo sin mancharte las manos o sin arriesgar tu vida y la de tu familia, me huele a que estamos viviendo una etapa de martirio. Habría que checar si vale la pena, si con la pérdida de todas estas vidas se está logrando avanzar...
ResponderEliminarElisa Treviño
Gil,
ResponderEliminarMe gusta seguir sonando como ni~o chiquito, como tu conocido en su momento.. , lamentablemente la realidad nos sobrepasa... Lamentablemente con ello los sue~os de muchos que buscan el bien con conocimiento y buenas intenciones son rebasados y se quedan atras... Hay muchos como tu conocido se han quedado atras y emprenden en otras areas, pero cuantos otros olvidan sus sue~os y se vuelven igual con el tiempo en unos dinosarios...
Saludos,
JC
Gil
ResponderEliminarQue te puedo decir, igual que hace 6 anos me toco participar y tristemente observe que siguen sin votar los jovenes, sigo pensando que un cambio no se puede gestar en 50 dias de campana hay que hacer trabajo fuerte de formacion que despierte conciencia y valore el ejercer el voto y todo lo que este representa.
un abrazo ayde
Gilberto, exelente relato, muy cierto, el poder es muy complicado, yo esperaria que pronto tu conocido logre desenredar y entender la política, y que de paso me ayude a comprenderla.
ResponderEliminarEn México necesitamos mas personas como tu conocido.
Saludos.
AECV
Gracias a todos los que me hacen el favor de leer y comentar. Seguiré contando estas historias de "mi conocido" Ubaldo, no lo dudes.
ResponderEliminarSé de buena fuente Elisa, JC y Tony, que "mi conocido" ya trabaja en algo para seguir aportando. Esperen noticias.
Tía/Socia: eres un ejemplo en este campo (y otros)para "mi conocido". SIGUE IGUAL.