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Problemas en el Matrimonio

Aún y cuando entendamos que el enamoramiento no es para siempre y estemos dispuestos a trabajar muy duro para construir un amor maduro y sostenible, nuestra condición humana se impone y fallamos en la relación de pareja. En ocasiones, en cosas pequeñas. También a veces, en temas que ponen en serio riesgo nuestro matrimonio. Revisaré una lista inicial de CINCO CAUSAS. Subrayo el carácter de inicial porque este tema es interesante y complejo; sin duda demandará más que una entrega para explorarlo. ¿Por qué fallamos? y ¿Por qué no somos capaces de resolver los problemas que vivimos en nuestra relación?

1. Porque nos equivocamos en las expectativas previas. El Psiquiatra Enrique Rojas en su libro El amor inteligente de 1997, escribió: “Tenemos ideas preconcebidas sobre lo que se entiende a nivel general que debe ser un asunto. Por ejemplo: -es suficiente estar enamorado- esa expectativa desconoce que el amor siempre necesitará recomponerse, redefinirse, volver a empezar y verse con nuevos ojos. O: -tu eres lo máximo- esa expectativa que pone al otro en un pedestal psicológico, olvida que la convivencia diaria permitirá una observación milimétrica y eso brindará muchas ocasiones para que esta imagen se desplome.” La diferencia entre mis expectativas y la realidad van causando que manifieste conductas de rechazo a mi pareja y que en general me sienta infeliz en la relación.

2. Porque asumimos con superficialidad el compromiso que hicimos al casarnos. El Padre Angel Espinosa de los Monteros, LC, en su libro El anillo es para siempre de 2003, escribió: “Compromiso ¡Qué palabra tan severa! Me asombro de la superficialidad con la que generamos compromisos… Yo estoy seguro que muchos ni siquiera recuerdan lo que prometieron el día que se casaron: La Aceptación. Te acepto a ti como eres. Se en qué puedo ayudarte a mejorar y sé en qué aspectos será ya muy difícil que cambies, porque son los hábitos que se han hecho vida, o porque es parte de tu educación o porque es parte de tu carácter. Te acepto a ti, para hacerte felíz. Te prometo que ese será mi proyecto.” Olvidar que nos comprometimos a aceptar a otro ser humano nos hace buscar salidas fáciles a la problemática del matrimonio: prefiero salirme, escapar antes que trabajar en la relación que acepté construir por libre voluntad.

3. Porque queremos recibir más que dar. Willard F. Harley en su libro Lo que Él Necesita; Lo que Ella Necesita de 1986 propone como explicación que nos convertimos fácilmente en incompatibles y no luchamos lo suficiente por ser irresistibles: “Según el diccionario, incompatible significa sin armonía, antagonista mientras que irresistible significa tener un atractivo muy poderoso. Las parejas comienzan por ser irresistibles y sólo llegan a ser incompatibles al tiempo que dejan de satisfacer las necesidades del otro. La cura para la incompatibilidad: ocuparse a tiempo completo de satisfacer las necesidades emocionales más importantes del otro. Un problema común es que buscamos con afán a otra persona que tenga la capacidad de satisfacer nuestras necesidades y que cuide de nosotros. En lugar de buscar personas elegibles, debemos aspirar a ser personas elegibles, o mejor aún, irresistibles.” Nos molestamos por todo lo que no nos dan y dejamos a un lado una idea muy sencilla pero sabia: hay que dar para recibir. ¿Quién va a estar interesado en satisfacer todos mis caprichos cuando yo no le doy el amor y la atención que se merece?

4. Porque no atendemos las necesidades que en realidad son prioritarias. En el mismo libro, Harley planteó una problemática adicional: “La ignorancia contribuye al fracaso porque hay hombres y mujeres que tienen gran dificultad para comprender y apreciar el valor de las necesidades del otro. Los hombres tienden a satisfacer las necesidades que ellos valoran y las mujeres hacen lo mismo. El problema es que las demandas de hombres y mujeres son muy diferentes y nos esforzamos tratando de satisfacer las necesidades equivocadas. Las necesidades legítimas son tan fuertes que cuando no son satisfechas en el matrimonio, las personas sienten la tentación de satisfacerlas fuera de éste.” Nos ocupamos de dar lo que sabemos dar (porque así fuimos formados) o lo que a nosotros nos gusta, asumiendo que a nuestra pareja le gustará exactamente lo mismo, cuando no hay nada más alejado de la realidad.

5. Porque no nos preparamos para las crisis que van a suceder. El Dr. Enrique Rojas propuso también que ignoramos (por carencias en nuestra formación) que habrá crisis de pareja. No dice “tal vez” o “algunos enfrentarán” dice directamente que las habrá. Algunas netamente fisiológicas como son los cambios que nuestro cuerpo experimenta con la edad y cómo esos cambios nos hacen reaccionar de manera diferente ante estímulos muy similares, y otras relativamente fisiológicas, como el crecimiento de los hijos, el cambio generacional de costumbres que nos tocará experimentar y las alternativas de vida que deberemos tomar como consecuencia de necesidades económicas. Por ejemplo, la crisis de los 40 que se hace evidente por la baja en la autoestima y la inseguridad que produce el deterioro del físico. ¿Y qué hace una persona que no está preparada para enfrentarla? Busca que alguien le refuerce la autoestima, en especial personas jóvenes (lo que es un gran reto) y por ello se compran carros deportivos, ropa moderna, se hacen cirugía plástica, van a discos y bares y al final algunos incluso se consiguen una “novia” o “novio” muchos años menor. Con todo lo anterior no sólo causan problemas en su matrimonio sino que algunos lo destruyen por completo.

Además de las cinco causas descritas, en ocasiones practicamos dos conductas que hacen muy difícil mantener el amor: la soberbia y la vanidad. La soberbia puede llegar a impedir que nos veamos con una mínima objetividad. Esta conducta nos vuelve altivos con nuestra pareja, impertinentes, desconsiderados, fríos en el trato y con una tendencia a humillar. Una persona soberbia demuestra tristemente una incapacidad para fortalecer su relación amorosa; cuando se tiene un amor desordenado por si mismo, es difícil volcarse en otro. La vanidad nos hace demandar constantemente la admiración ajena y el elogio de la belleza física, la elegancia o las posesiones materiales. Es una debilidad menor comparada con la soberbia, pero imaginen cualquier crisis de la pareja agravada por alguna de estas dos conductas.

Si antes de casarnos nos hacemos ideas fantásticas de cómo será el matrimonio y cuando vivimos la realidad no tenemos la capacidad de evolucionar esas fantasías previas, si no asumimos el compromiso de aceptar a la persona que elegimos libremente para compartir la vida, si queremos que nos den antes que dar, si aun buscando dar lo hacemos desde una perspectiva que no considera las verdaderas necesidades del otro y si no nos preparamos en todos los sentidos para enfrentar las crisis que van a suceder, muy probablemente experimentaremos una vida conyugal llena de insatisfacción o incluso encontraremos en ella los pretextos necesarios para romper el compromiso que originalmente debió ser para toda la vida.

En tu experiencia ¿Qué crees que causa los problemas en el matrimonio?

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Comentarios

  1. Hola Gil,
    Saludos desde Matamoros, te felicito por tu entusiasmo y por tus escritos tan interesantes y bien elaborados. Me encanta el tema que elegiste tan tomado a la ligera en estos tiempos y estoy de acuerdo que se necesitan buenos ejemplos para motivar.
    Creo que la diferencia en valores o la falta de ellos y la mala comunicacion lo afectan enormemente.
    Atte. Los Cuervo

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  2. Bueno, siguiendo el tema, creo firmemente que ambos, marido y mujer llevan al matrimonio un equipaje muy peculiar, unico, diferene y que se ira "ocupando" segun se ofrezca, temporadas, vestiran ligero, nada complicado, pero habra otras en que se utilizaran tantas "prendas" que sera dificil reconocer ya o reconocerse mutuamente.
    En alguna parte de esta encrucijada deberan existir principalmente una alta dosis de admiracion hacia la pareja por sus valores, actitudes, "modo de ser" inteligencia, por lo que quieras asi sea por bonita, trabajador, o su voz, x y claro, amor o enamoramiento, segun la etapa, y aqui pienso que la admiracion por todo lo anterior formara un "colchon protector" que cuidara que los golpes por las expectativas no cubiertas NO DESTRUYAN AL AMOR.
    Cuando el "colchon" es muy delgadito, se hunde por el peso de las faltas y tristemente, desaparece el amor.
    Entonces, Gil, todo lo que nos compartes nos habla de lo que tendriamos que hacer concientemente para seguir siendo "elegibles"

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  3. Desgraciadamente, y por mas teorias de como llevar bien el matrimonio, sucede una cosa: EL MATRIMONIO SE APRENDE VIVIENDOLO, aquel que diga que leyo teoria y ahora es feliz en su matrimonio por esa razon, creo que miente. Estaria mas de acuerdo en, como lo dice Gilberto en otro articulo, Apoyarte con herramientas cuando todo esta para el carajo. eso se me hace mas natural y normal.

    Lo que si deberiamos de tener son cursos practicos y talleres, en donde nos den a conocer patrones de comportamiento, estadisticas, causales, ejemplos........desgraciadamente esos cursos se llaman NOVIAZGOS..... y mientras el amor "enamorado" siga entremetido en esa tela de conocimientos, jamas llegaremos a ser completamente cuerdos para entender al amor.

    No querramos ponerle un antifaz de dormir a ese pedazo de amor que no tiene riendas.......duele, si, pero vive y es tan real como el amor maduro y "correcto" quienes somos nosotros para juzgar al amor, para meterlo en 5 o diez puntos, si cada uno podemos pararnos frente a un jurado y tener nuestras propias razones, que al final de cuentas y a los ojos de Dios (si, de ese mismo Dios que juramos ser felices y unidos para siempre) lo primero es ser feliz. a Dios le importa que seamos felices, no importa como, ahora bien, el dolor de los hijos y el basurero que uno deja con el divorcio o separacion.........como dijo resortes, ese es otroooooo teemaaaaaaaaa!

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